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El curso de Historia de la Filosofía Antigua se encuentra el inicio de la formación disciplinar en Filosofía y pretende dar orientar el estudio de los principales hitos de la filosofía entre los siglos VII AC y III DC. Estos límites son inicialmente temporales, sin embargo, hablar de filosofía antigua no es solamente hablar de la primera filosofía o de la filosofía del pasado o del pasado remoto. No se trata de estudiar lo ya pensado y ya comprendido. El término antigüedad conjuga en este caso la distancia en el tiempo con la aparición de nuestra disciplina en el seno de la cultura griega, su expansión en el ámbito de influencia helenístico y su recepción y cultivo entre los romanos. El lapso de tiempo que proponemos como marco incluye la aparición, difusión y elaboración del primer pensamiento cristiano. Dicho de este modo, resulta inevitable preguntar si hay algo que distinga la filosofía de esos siglos además de las fechas en las que vivieron y enseñaron ciertos filósofos. Si nos planteamos preguntas como ¿Hay un pensamiento antiguo? ¿En qué se distingue la filosofía antigua de la que vino después? terminaremos conducidos a preguntas cómo ¿Por qué se divide así la historia de la filosofía? y ¿Por qué hay historia de la filosofía? ¿Cuál es la diferencia entre estudiar filosofía y estudiar la historia de la filosofía? Digamos por ahora que un curso de historia de la filosofía que pretenda hacer filosóficamente su trabajo incluirá estas cuestiones permanentemente en su tarea. Es decir, mostrará su contenido siempre de manera crítica, avanzaremos en el conocimiento de los asuntos que investigamos sin dejar de preguntarnos qué es lo que hace que este conocimiento sea posible.
Una consideración problemática que vale la pena introducir en este punto es la de la localización de los filósofos, escuelas, obras etc.que vamos a estudiar. La mayoría de ellos habitaron en la cuenca del mediterráneo, la mayoría hablaba y escribía en griego. Unos habitaron ciudades griegas, otros fueron súbditos del Imperio Macedónico, otros fueron ciudadanos romanos. Afirmar que esta historia es europea y universal en cierto sentido plantea varias preguntas sobre la naturaleza de la filosofía. ¿En qué sentido se trata de un asunto humano en general y en qué sentido es un producto cultural específico? ¿La relación de la filosofía con su historia es una cuestión cultural? ¿Nuestra recepción del pensamiento Griego, Helenístico y Romano sigue la lógica del legado y de la herencia? Si es así ¿que nos hace herederos de ese legado o tradición? ¿Podemos pensar nuestra relación con ese pensamiento según una lógica distinta, como una contribución anterior, por ejemplo? ¿Qué continuidades hacen posible estas preguntas y qué discontinuidades las amenazan? Es muy usual incluir en este punto el asunto de América y Europa, de Occidente y sus otros, del pensamiento indígena y el pensamiento oriental. Las razones por las cuales cada uno de estos nombres se asocia con una exclusión contribuyen a comprender muchos aspectos de la práctica académica de la filosofía en las instituciones de educación superior en nuestro tiempo. Esta también es una cuestión de localización.
El curso planteará la pregunta por el surgimiento de la filosofía en Grecia considerando las diversas fuentes que lo documentan y los diversos discursos que lo encarnan. ¿Cómo se declara el inicio de la filosofía? ¿En qué consiste su origen? Propondremos, como hipótesis de lectura e interpretación de algunos textos, que este surgimiento no se produce en virtud de una declaración o instauración deliberada (los que llamamos primeros filósofos no se llamaron filósofos a sí mismos y no hacían lo mismo que quienes, llamándose filósofos a sí mismos los consideraron sus antecesores). Esta situación se presenta, por ejemplo, en la obra de Platón y de Aristóteles, pero también en el trabajo de los eruditos Helenísticos, en los Neoplatónicos y, en cierto modo en los discursos de los Padres de la Iglesia. Hay una práctica filosófica que en algún punto de su desarrollo requiere la determinación de su origen y de sus antecedentes. La recepción de una -o de la- tradición anterior es una operación frecuente en la construcción de una filosofía.