Recomendaciones de lectura sobre las fuentes de la filosofía antigua

La critica aristotelica a la filosofía presocratica

Cherniss, Harold Fredrik, 1904-1987

Selected Papers

 By Harold Fredrik Cherniss, Leonardo Tarán

The Cambridge Companion to Early Greek Philosophy

 edited by A. A. Long

En especial el capítulo 1: MANSFELD, J, Sources (22-44)

Algunas notas:

MANSFELD , JAAP, “Sources”

Importancia del trabajo de H. Diels en Doxographi Graeci

Las obras de los TFG (tempranos filósofos griegos) se han perdido, nuestro conocimiento de su contenido depende de

  • citas textuales
  • otras formas de reporte

Habitualmente las obras sobre los TFG comenzaban por una crítica de la confiabilidad de las fuentes.

El ideal de una historia objetiva es una invención del s. XIX. En la antigüedad la historia de de la filosofía era una parte de la filosofía sistemática al servicio de una gran variedad e propósitos. Las ideas de los TFG eran usada o interpretadas de muchas maneras, incluso como trampolines para exponer las propias.

Esto vale para describir la actitud general de grandes pensadores como Platón y Aristóteles pero también para las mucho más modestas colecciones de doctrinas que, con un grado mayor o menor de exactitud biográfica, circulaban a escala extensa. Tales obras se usaban en la educación básica en filosofía, usadas como canteras a ser explotadas en cualquier momento en que alguien que escribía sobre un tema filosófico sentía que debía demarcar su propia posición por oposición a las de los otros, contribuir sobre una ya existente o reemplazarla por otra.

Listas de filosofía anterior y filósofos o antologías e incluso antologías que contenían (purple passages) florilegios también se componían para gusto del un público más general, pero el contenido doctrinal de tales obras, así como las selecciones se hacían de acuerdo con los intereses y predilecciones de su tiempo, que por regla general estaban en deuda con los de los filósofos profesionales. La transmisión de las opiniones de los TFG, los llamados physikoi, entonces, no era solamente fragmentaria sino con frecuencia pintoresca y llena de prejuicios.

La visión dominante sobre parte de este proceso de transmisión que todavía es dominante pero que comienza a ser revisada hoy en día es la que fue desarrollada por Hermann Diels en su monumental Doxographi graeci de 1879.

Doxógrafo y doxografía no son palabras griegas antiguas sino neologismos acuñados por Diels, presumiblemente para expresar un contraste fundamental con la biografía, un género que ser creía, en principio, poco confiable.

La doxografía se ocupa de doxai, puntos de vista, dichos (llamados también dokunta arskonta, en latín: placita u opiniones). Desarrollando las ideas de su maestro Usener y apoyándose, en efecto, no solamente en la Altertumswissenshcaft del siglo XIX sino también hasta cierto punto en una tradición [ya olvidada para la época] que databa del siglo XVI.

Diels sostuvo que la doxografía propiamente dicha comenzó con un tratado temático (topic-oriented) en dieciséis libros, de los cuales solamente se conservan fragmentos [ya recopilados y editados por Usener]. Este habría sido compuesto por el pupilo y sucesor de Arsitóteles, Teofrasto: las Physikoi doxai u “Opiniones de los filósofos naturales” [Casi con certeza, sin embargo, el título es Physikai  doxai, “Opiniones Físicas”]

De acuerdo con Diels, en algún momento en el período Helenístico, la obra de Teofrasto sufrió una revisión, fue abreviada pero también expandida para incluir a los filósofos helenísticos y algunos médicos y astrónomos. Esta colección aparentemente utilizada por los epicúreos tardíos, Cicerón, Varrón, Enesidemo, quien es una de las principales fuentes del neopirrónico Sexto Empírico (final del siglo segundo); el médico Sorano de Éfeso, (100 .D.C.); el padre de la iglesia Tertuliano y numerosos escritores. Fue llamado por Diels  Vetusta Placita “Las opiniones más antiguas”. Esa obra perdida fue luego abreviada a su vez y actualizada de cierta forma por alguien que de otro modo habría pasado desapercibido, Aecio, a quien debemos datar en algún unto del siglo primero D.C.

Los Placita de Aecio tambíen se ha perdido, pero Diels ofrece una reconstrucción que no carece de importantes deficiencias pero que es básicamente correcta.

Diels demostró con maestría que:

  1. Los Placita atribuidos a Plutarco [de Pseudo Plutarco] era una versión drásticamente abreviada de los Placita de Aecio y que la mayor parte de la Historia Philosopha atribuida a Galeno es una abraviación de una versión de Pseudo Plutarco
  2. Que Juan Estobeo (S. V D.C.) había incorporado largos pasajes de Aecio conservando partes que la abreviación de Pseudo Plutarco habría descartado. En el tomo I uno de su gran antología Eclogae Physicae.
  3. Que el Padre de la Iglesia Teodoreto (S. V D.C.) es la única fuente que menciona a Aecio y lo cita extensamente en su Cura de las enfermedades de los griegos.

En consonancia Diels sostuvo que la información sobre los TFG contenida en su reconstrucción de Aecio está conectada con  la gran obra de Teofrasto por una línea directa y vertical de descendencia. Esto le da un aire de confiabilidad histórica a lo que encontramos en ella. Una confiabilidad condicional similar es postulada con respecto a los autores que utilizaron los Vetusta Placita, (obra que, tal vez sabiamente, Diels no intentó reconstruir). Diels sostuvo posteriormente que los siguientes textos se remontan en su mayoría a Teofrasto mismo:

La mayoría de los pasajes doxográficos  en el primer libro de la Refutación de todas las herejías del autor eclesiástico Hipólito (principio del siglo tercero D.C.), en los Stromateis  de otros Pseudo Plutarco preservado por Eusebio, en varios capítulos que tratan de TFG en la obra del de otro modo desconocido Diógenes Laercio (tambíen del siglo III) titulado Vida y máximas de aquellos que se han distingido en filosofía y las doctrinas de cada secta, y finalmente otros de menor importancia.

Esta reconstrucción de la tradición secundaria forma la columna vertebral de la espléndida edición de Diels de los Fragmente der Vorsokratiker (1903), la cual revisó y amplió tres veces durante su vida y que luego fué revisada por Walther Kranz , quien agregó un indispensable volumen de índice. Esta obra también ha sido continuamente reimpresa y todavía es La edición básica de los textos de los TFG. Tanto los fragmentos textuales como los secundarios son citados habitualmente con la numeración de Diels y Kranz (abreviado DK). Todas las demás ediciones de los así llamados Presocráticos o de presocráticos individuales, incluso a aunque ocasionalmente algún material se añade a los fragmentos literales, o material que Diels consideró espúreo se considera auténtico, se deben enteramente a al DK y así, a la hipótesis concerniente a la genealogía de las fuentes secundarias que subyace a esta obra.

The Cambridge History of Hellenistic Philosophy

 edited by Keimpe Algra, Jonathan Barnes, Jaap Mansfeld, Malcolm Schofield

En especial el capítulo 1: MANSFELD, J, Sources (3-30)

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